“El impacto y el
dolor de una pesadilla puede ser mucho mayor que el de un puñetazo. Asimismo a
veces lo que duele no es tanto ese puñetazo como la emoción tras él.”
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Alfred Hitchcock, padre del thriller psicológico |
¿Alguna vez has sentido que,
mientras caminas solo por la calle, alguien te sigue? ¿Alguna vez has sentido
esa sensación de ser observado, vigilado y hasta controlado? ¿Imaginas no poder
moverte sin temor a que algo malo suceda? Éstas son sólo algunas de las
características que invaden a los personajes en cualquier clase de thriller. El suspense es un género de
literatura, cine, televisión y videojuegos que se caracteriza principalmente
por llevar un ritmo rápido y una atmosfera de terror y excitación que harían
estremecer hasta a los más valientes. Además, el suspense aunado al terror
psicológico forma un género que, como lector, provoca un estado de angustia y
nerviosismo que recorre todo el cuerpo. Bueno, pues, un hombre estadounidense
nacido en los años 50, llamado John Katzenbach, es hoy por hoy uno de los
referentes mundiales en el género del thriller
psicológico, y su novela más aclamada, El
Psicoanalista, es la respuesta al por qué este señor tiene la fama que
tiene.
Título: El
Psicoanalista (2002)
Autor: John Katzenbach
Editorial: Ediciones B
Páginas: 523
Argumento.
<<Feliz 53
cumpleaños, doctor. Bienvenido al primer día de su muerte.>>
Así comienza el anónimo que
recibe Frederick Starks, psicoanalista con una larga experiencia y una vida
tranquila. Starks tendrá que emplear toda su astucia y rapidez para, en quince
días, averiguar quién es el autor de esa amenazadora misiva que promete hacerle
la existencia imposible. De no conseguir su objetivo, deberá elegir entre
suicidarse o ser testigo de cómo, uno tras otro, sus familiares y conocidos
mueren por obra de un asesino, un psicópata decidido a llevar hasta el fin su
sed de venganza.
(Extraído de la parte posterior del libro)
Opinión.
No sé si soy el único, pero
siempre que veo el nombre de Katzenbach me viene a la mente Stephen King. Si
bien King cuenta con más de 50 obras que son pilares en el género del terror
contemporáneo, Katzenbach, con sus apenas 13 novelas, ya es un referente en lo
que es su estilo; y ambos escritores son bestsellers
del ambiente oscuro, del lado malvado de la literatura. Quizá sea un poco
injusto comparar al uno con el otro, pero, bueno, ¿qué puedo hacer yo si
mentalmente los relaciono casi todo el tiempo?
El Psicoanalista nos narra el juego en el que Frederick Starks, o
simplemente Ricky, se ve obligado a participar. Un juego no apto para simples
niños. No, éste es un juego de vida o muerte. Un enigmático psicópata, que se
hace llamar ‘Rumpelstiltskin’, es el creador de este juego, en el que el
objetivo es simple: vengar a su madre muerta, a quien Ricky, en sus inicios
como analista, no pudo ayudar y terminó suicidándose. Así es como comenzará la
historia y, a lo largo de las quinientas y tantas páginas del libro, veremos a
Ricky enfrascado en una carrera contra el reloj para salvar su propia vida.
Como lo dice el argumento, lo único que Ricky debe hacer para salvarse es
descubrir la identidad del antagonista. Suena fácil, ¿no?
PUES NO. Rumpelstiltskin es un
ser humano malvado, inteligente, controlador y sorprendentemente ágil. Conoce
toda la vida de Ricky y, apenas comenzado el juego, le demuestra que no conoce límites y que está dispuesto a hacer lo que sea para que nuestro
analista pierda. Cuenta con algunos secuaces, entre los que se destacan la
hermosa Virgil y el recto Merlin, que se le aparecen a menudo a Ricky y le
vuelven imposible la existencia. Pero poco a poco Ricky se va sumiendo en una
profunda sensación de terror —¿y cómo no? —, que lo orilla a desconfiar de todo
y de todos. Ya no sabe a dónde, a quién ni a qué acudir para pedir ayuda,
porque apenas parece lograr un avance en su objetivo, le ocurre algo de lo que
parece que no va a poder levantarse. Punto bueno: la trama y los giros que el autor ha logrado, que no nos permiten relajarnos ni nos dejan parar a tomar un respiro.
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John Katzenbach (EUA 1950) |
Después de terminado el libro,
intento ponerme en los zapatos de Ricky, y sólo así me doy cuenta de que el
autor lo posicionó en el ambiente adecuado: el del psicoanálisis. Sólo una
persona con tal resistencia mental podría soportar las pautas del juego macabro
en el que se desarrolla la obra. Sin embargo, no debemos engañarnos; no es
secreto que, a menudo, quienes ayudan a otros son quienes tienen más problemas.
Ricky es un hombre solitario, al que su familia y sus colegas de profesión han
ido abandonando. Tiene que vivir eternamente con el recuerdo de su difunta
esposa y con el peso en las espaldas de una vida llena de rutina, melancolía y
una amarga soledad.
Punto muy bueno: el
telón y escenario que el autor eligió para su obra, convirtiendo un
thriller poderoso en uno indestructible,
con juegos mentales y de raciocinio. Al fin y al cabo, eso es lo que yo busco
en un héroe que se enfrente a un villano tan poderoso: poder mental antes que
físico.
Una novela oscura, con escenarios
tensos y de un suspenso inimaginable. Una obra donde el ritmo toma un
protagonismo interesante, elevándola al grado máximo del thriller, y no permitiéndole caer de esa cima en ningún momento.
Adentrándose en las páginas, uno puede apreciar la conmoción y desesperación de
Ricky; uno puede comprender que el movimiento del reloj duela; uno puede sentir
el miedo que un ente, al parecer omnipresente, omnipotente y omnisapiente,
infringe, no sólo sobre el protagonista de la novela, sino también sobre el
lector de la misma. Una novela que, a pesar de no ser un clásico, de tener 12
años de edad, se sigue reimprimiendo y se sigue vendiendo de manera maniaca. No
sé los demás, pero yo no puedo esperar para que esta obra la lleven a la pantalla
grande, ya que, si logran captar ese suspenso que John Katzenbach ha plasmado
de manera escrita en un guion de cine, no tengo dudas de que nos hará saltar
sin querer soltar el asiento. Terror psicológico, venganzas, giros en la trama,
decepciones, fugaces alegrías, sorpresas, incendios, asesinatos, suicidios,
pobreza, ruinas y sobre todo una poderosa esencia maligna es lo que podremos
encontrar en esta obra.
<<Pero oye, Juan, ¿podrías
resumir toda esa porquería que acabas de decir? No creerás que vamos a leerlo
todo, ¿verdad? Dinos qué nos vamos a encontrar en El Psicoanalista>>. Bueno, amigos, la respuesta está entre
las páginas de la obra:
“Tememos que nos
maten. Pero es mucho peor que nos destruyan.”