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  1. Hace mucho tiempo existió un hombre al que le habían confiado el tesoro más codiciado del universo: La Verdad. ¿Quién entregaría a un hombre tal tesoro?, no lo sabemos, pero sí sabemos que Hombre la cuidó como si fuera lo único que le perteneciera, y realmente lo era, sólo la Verdad poseía. Por azares del destino - y leáse bien por azares del destino, porque así fue -, un día le robaron a Hombre su única pertenencia. Por todos lados se rumoreaba que alguien que habitaba su hogar podría ser el ladrón, pero él no quería culpables, sino una solución. Su consejero personal le recomendó contratar un detective que buscara la Verdad, pero Hombre, en su desesperación, contrató dos de ellos, muy distintos y aparentemente rivales: Filosofía y Poesía.

    El primero era conocido por su efectividad a la hora de realizar su trabajo, aunque sus métodos eran poco convencionales para el público, de hecho, llegaron a considerarlos como brutales. A Filosofía le gustaba buscar de día, entrevistaba muchas personas y era frío en su trato con ellas. 

    Por otro lado, Poesía era famoso, de día, por su buen trato con las personas, especialmente con las mujeres, y pocas veces había fallado en sus antiguos trabajos, aunque después del último, un fracaso enorme, se había retirado de cualquier investigación de crimen. A él le gustaba buscar de noche, así nadie le veía, se guiaba en la intuición y el espíritu.

    Ninguno se había enterado que trabajaban en la misma empresa, ni que lo hacían para el mismo Hombre. Uno de día y otro de noche. En cierta fecha Filosofía decidió por primera vez empezar su búsqueda, ya avanzada en ese momento, muy temprano. Poesía, haciendo lo propio, decidió terminar su jornada hasta muy tarde. Así fue como ocurrió lo inevitable: En la madrugada de la fecha mencionada, ambos detectives se encontraron, se miraron fijamente y conversaron por un largo rato. Con las pistas de uno y otro lograron conclusiones fantásticas, llegando al fin a encontrar la Verdad que tanto habían buscado. Hombre, al enterarse que sus empleados habían trabajado juntos, decidió conmemorar la fecha en que éstos le habían entregado su tesoro más preciado; a dicho día lo llamó "Cardialéctica".

    La Cardialéctica nace del arrebato y la mesura; de la pasión y la pasividad; del corazón y la mente. Cardialéctica es la vida. Es el equilibrio de dos mundos que se mezclan y, durante siglos, se han rechazado abiertamente: Cuerpo y Alma. Cardiálectica es el estrechón de manos entre Filosofía y Poesía. Es lo que tenemos frente nosotros; es lo que tenemos tras nosotros. La Cardialéctica eres tú; la Cardialéctica soy yo; la Cardialéctica somos todos.



  2. 4 comentarios:

    1. Dan Martinez dijo...

      ¿Que es mas genial que compartir las habilidades que se tiene como persona por este hermoso medio al que llamamos Internet?
      Me alegra que hayas echo este blog para así poder seguir mas de cerca tus escritos.

      Te mando un gran abrazo, amigo. lml

    2. Juan Trejo dijo...

      Pues aun no sé usar bien ésto, pero ya me acostumbraré. Y es más cómodo que publicar grandes cosas en FB, por eso ahí está.

      Un saludo.

    3. Joel M dijo...

      Que va Juan, muy bueno tu tema y todo el contenido referente! ��
      Saludos amigo

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